Cuando la cerveza se calienta demaciado, el cenicero está lleno y el paquete vacío pierdo la cabeza y me siento un desgraciado como quien tiene por hobby al vino del estío. Trate de que el corazón no me diera explicación para no derramar lágrimas en tu honor. Trate de que la razon me llevara al buen camino, ella me presento al vino al que agradecido estoy.
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