miércoles, 17 de diciembre de 2008


Anoche soñé con esa persona que creía que era. Me llamaba y no la reconocía, o ¿no quería reconocerla? Me preguntaba como estaba, como si todo estuviera normal. Le contestaba igual, sabiendo que no era así. Me preguntaba qué me pasaba con su persona, le contestaba que era yo la que debía preguntar eso, se quedaba en silencio. Me confesaba que realmente me extrañaba y que no quería seguir así, no le hacía bien. Me daba a entender que había errores y errores, muy diferentes unos de otros, algunos pequeños que dolían menos y otros más grandes que quizás dolían más pero al fin y al cabo todos duelen. A veces lastiman a varias personas y a veces a una sola o a nadie, a veces podían perdonarse y a veces se creía que no, a veces había que detenerse a pensar en ellos y a veces era mejor dejarlos pasar. Además, me admitía que había cometido algunos sin darse cuenta y debía aceptarlo. Creí que pretendía que yo también los admitiría pero no hizo falta decirlo, no era muy importante. Luego desperté. Como siempre creyendo e ilusionándome de que todo eso había sido real, pero era obvio que no. No sabe lo que siento, ni sentí. Realmente me demostró que no le preocupa y me di cuenta de que a mi tampoco debía importarme. Por eso, estoy intentándolo y creo que a punto de lograrlo.

No hay comentarios: